Diferente, especial, único… estas son las primeras palabras que me vienen a la cabeza para describir este pequeño bar de tapas y pinchos de Murcia. Y digo diferente porque allí han sabido darle de lado a la repetitiva oferta de tapas que la mayoría de bares de Murcia sirven -con mayor o menor fortuna- para dar paso a la creatividad, a la diferenciación, a querer destacar por encima de los demás a base de buen trabajo e imaginación. Especial no sólo en la parcela gastronómica, también en la atención tan personal que Marian derrocha, al frente, en primera línea, incansable, hospitalaria, con todos los que por allí se dejan caer, por el Bar, como dice ella… Y cuando esa mezcla se fusiona, es entonces cuando un local se convierte en único.
Y en Touché esto es lo que ocurre. Y a mí me brillan los ojos cuando veo como todavía queda algo de vocación en esta sacrificada e ingrata profesión, invadida por cocineros televisivos, sin alma, que trasmiten una imagen de la cocina distorsionada, falsa e irreal; en las cocinas no se enfrentan unos a otros para demostrar quien es mejor, en las cocinas se trabaja en equipo con el único fin de buscar la diversión propia y la satisfacción del cliente, utilizando armas tan sencillas como el trabajo bien hecho, el esfuerzo común, la imaginación constante, el afán de superación y respeto por este noble oficio. Y cuando estás consignas se alinean, cada cierto tiempo, surgen lugares como Touché, pequeños, coquetos, diferentes, únicos, especiales, con alma y una buena dosis de espíritu hostelero…